martes, 26 de febrero de 2008

Yo sí vi el debate!

Lo confieso sin ningún pudor. Megaprogres, siento decepcionaros, yo sí lo vi, a mi incluso me pareció más interesante que aburrido. Cierto es que ambos candidatos estaban enlatados, demasiado estudiados, y que se echó de menos la improvisación y la naturalidad, pero yo lo ví.
Digo que lo reconozco sin pudor porque si hace cuatro años me sorprendió la cantidad de gente de izquierdas que acudió a votar por primera vez para frenar la política casi fascista de Aznar, ahora cuatro años después muchos se han acomodado más que el gobierno, y ahora lo que se lleva es decir "si son todos iguales", "mi vida va a ser igual", "yo no doy la cara ni por uno ni por otro". Pues para mi no es igual, no es igual que cuando tienes un hijo el Estado te ayude económicamente o no, no es igual que mis amigos homosexuales tengan los mismos derechos que yo o no, no es igual que los padres primerizos tengan quince días para estar con sus hijos o tres, no es lo mismo que exista una ley de dependencias que ayude a las personas minusválidas que no, para mi no es igual. Queda mucho por hacer, y Zapatero ha metido la pata muchas veces, y los precios suben, y el pan vale cinco céntimos más en el horno de abajo de mi casa que hace dos meses. Pero para mi si es importante, por muy vulgar que resulte decirlo.

domingo, 17 de febrero de 2008

¿Racista yo?

El otro día quedé con algunos de los ex compañeros de la universidad para comer. El reencuentro, que fue casi improvisado, no fue trascendental, tampoco han pasado tantos años, y de casi todos los asistentes tenía noticias frescas. Sin embargo, la conversación, las caras y los gestos, me permitieron sufrir en primera persona las pérdidas a las que nos condena el paso del tiempo. Nadie hablaba de la última fiesta que se había pegado, ni de la última borrachera, hablábamos de trabajo, de los hijos, del mundo. Era una reunión de personas adultas que todavía comparten algo, una vocación, una parte de su vida....... .Uff! y de pronto, sin quererlo, por más que intentes evitarlo, aparece el recuerdo de aquel tiempo pasado, que ahora, parece mucho mejor, de los días en los que compartíamos apuntes, nervios por los exámenes, y cenas a final de curso.
En aquel momento también me di cuenta de lo injusta que es nuestra sociedad. Éramos seis personas, razonables, "inteligentes", algunas, incluso progresistas, y sin embargo, toda la nostalgía y el buen rollo que me había embargado en el primer momento se acabó cuando, a propósito de la escolarización del hijo de uno de los compañeros, surgió el recurrente tema de la inmigración. Desde luego nadie se atrevió a etiquetarse de racista, ni siquiera a reconocer que no le gustaran los inmigrantes (pobres, eso sí, los belgas y los ingleses que invaden la costa alicantina no son inmigrantes), pero existió casi unanimidad al reconocer que no matricularían a su hijo en un colegio público donde hubieran más inmigrantes que españoles. Los motivos, que suenan más a excusas demagógicas y facilonas, dignas del peor Arias Cañete, iban desde la falta de nivel académico en los extranjeros, al vulgar y triste argumento de "es que están en su país y la mayoría de sus compañeros son extranjeros y tienen otras costumbres, no es lo mismo". Escuchando tan poderosa argumentación las conclusión a la que llegó es que Rajoy no es más imbécil que la media, es inversamente proporcional a la media. Con tales pistas me da por pensar que tal vez algunos quieran que el contrato de sumisión a las costumbres nacionales, debe ser suscrito no solo por los inmigrantes pobres mayores de edad, sino también por los niños, que deberán comprometerse a almorzar bocadillo de choped y no una torta de maiz, por ejemplo. Lo del nivel casi es peor excusa, los conocimientos académicos de un niño de tres años de Ecuador y los de un madrileño de ocho generaciones deben ser muy parecidos, al menos eso creo que yo. En fin aquí dejo testimonio de la frase que ha presidido mi mesenger esta semana: ¿Racista yo? que me registren!

martes, 12 de febrero de 2008

Puede usted insultar a Arias Cañetes "de gratis", aquí mismo.

Dice Arias Cañete, ese hombre con pinta de oso al que vimos ponerse como el kiko durante su etapa como ministro de agricultura, que la mano de obra que viene de fuera no es cualificada, que los camareros de ahora no saben ni servir un cortado, jajajaja, y yo añadiría más señor coñete, digo Cañete: ¡Cómo esta el servicio!. No se puede aguantar!, que quiere el hombretón ¿Qué cuando se infla en el bar de abajo de su casa de pinchos de tortilla el camarero se los sirva bailando la Macarena? ¿O que le hagan una reverencia por su condición de español modelo, gordo, heterosexual, facha, y capaz de comerse de un bocao todo lo que le suena a antiespañó?.
Pero dice más el señor el ex ministro de agricultura (ya le podía haber servido la experiencia para comer más acelgas y menos potajes). Dice que las urgencias de los hospitales públicos están colapsadas porque las mamografías que en Ecuador cuestan el sueldo de nueve meses aquí te las hacen gratis en urgencias y en quince minutos. Es usted un clasista (por lo del servicio), un racista por considerar que las personas que vienen de otros países no debería tener acceso a ciertos servicios. Un machista porque ha puesto el ejemplo de una de las pocas enfermedades que sufrimos las mujeres y no los hombres.Un ignorante porque no sabe que en los servicios de urgencias de los hospitales públicos no se hacen mamografías. Un inconsciente porque esta hablando de una enfermedad que cuesta la vida a muchas mujeres en este país, ecuatorianas, españolas y de muchas otras nacionalidades. Un sinvergüenza por atreverse a hacer ese tipo de afirmaciones sin calibrar las consecuencias que pueden traer. Un cobarde porque no estará usted en la puerta del hospital público cuando la gente vaya a quejarse de que no les atienden por culpa de las mamografías de las ecuatorianas. Es usted tantas cosas que mi blog no tiene espacio suficiente para definirlo.

jueves, 7 de febrero de 2008

Del sentimiento de culpa al hospital de Leganés.....

Un mes sin escribir con la de cosas que pasan en el mundo!. En primer lugar me disculparé conmigo misma por mi inconstancia ¡pasan tantas cosas dignas de ser comentadas y yo tengo tan poco tiempo!. Estar tanto tiempo sin visitarme a mi misma y sin escribir en este espacio me crea cierto sentimiento de culpa, tanto es así que en los últimos días había pensado clausurar este blog, para por lo menos acallar la conciencia. Lo tenía casi decidido, pero hoy en la bandeja de entrada de mi correo había un mensaje de mi hermana, en el que me hacía saber que había visitado mi blog y que, además, le parecía fantástico, uff!, he recapacitado durante más o menos diez segundos, y he decidido continuar.
Además ¿Que voy a hacer con toda la impotencia que corroe mi cuerpo a propósito de las promesas electorales de Rajoy and company si cierro este blog?. Bueno pues al grano.

Antes de anoche esta viendo un programa de televisión, en la sexta, no sé como se llama, la cuestión es que emitieron para posteriormente comentar, un fragmento del programa "59 segundos" del lunes por la noche. En el programa participaba como periodista Miguel Ángel Rodríguez, ese personaje del PP tan patético que va de gracioso pero que no tiene absolutamente ninguna gracia, bueno, pues el individuo en cuestión, hablaba, o mejor dicho insultaba, al Doctor Montes (caso sedaciones hospital de Leganés) y al resto de su equipo médico llamándoles nazis. Después de que la presentadora le llamara la atención por su falta de respeto, el muy imbécil, se disculpa diciendo que nazi no es insulto, que es una forma de de denominar al Doctor Montes porque utiliza como técnica la sedación que es lo mismo que hacían los nazis con los judios. Alguien se puede creer que un personaje tan patético, tan analfaburro, y tan indocumentao (que diría Vi) haya sido ministro de este país. Lo peor del caso del hospital de Leganés no son las tonterías del perro de presa del PP metido a periodista imparcial, sino como se criminalizó a unos médicos que utilizaban técnicas totalemente legales dirigidas a paliar la agonía de los moribundos para sacar de ello un rendimiento político. Hace dos años y medio y por casualidades de la vida, estaba yo en la plaza mayor de Salamanca, tomándome una cervecita, y no pude evitar poner la oreja en la conversación de dos chicas que había a mi lado, pues bien, resulta que una de las dos fue durante la crisis del hospital de Leganés la jefa de prensa del mismo, y le contaba a su amiga como "después de comerme el marrón del Doctor Montes y compañía y de haberle echado un cable al PP, sin estar afiliada ni nada, ahora me quieren volver a trasladar, yo ya he dicho que después del favor que les hice con lo de Leganés a mi no me vuelven a pringar", no tengo pruebas de tales afirmaciones, no llevaba yo grabadora, ni en aquel tiempo eran tan comunes los móviles con cámara, pero me queda la sensación agridulce de ver como algunos trafican con la reputación y la vida de las personas a cambio de fines oscuros, sin ningún tipo de remordimiento.