sábado, 5 de enero de 2008

Los Reyes venidos desde Oriente deben estar a punto de hacer su entrada triunfal en Paiporta. Creo que soy la única persona de mi círculo de amistades a la que le sigue gustando la Navidad y todo lo que estas fiestas traen consigo. Me gusta que el día de Nochebuena sigamos reuniéndonos todos y cantemos villancicos, y que mi madre se beba las copas de anís como si fueran agua, y los niños den por saco con las panderetas, y que nos pasemos quince días hablándoles a los niños del viaje de Melchor, Gaspar y Baltasar a través del desierto con sus camellos y los pajes.
Sin embargo ayer el hechizo estuvo a punto de romperse, por primera vez oí a mi madre renegar de la navidad, me contaba como antes lo más importante de la navidad eran las grandes reuniones con tíos, primos y abuelos venidos desde todas partes. Como los niños pasaban la noche en vela, bailando y jugando y como los Reyes Magos eran muy pobres, y no traían play stations ni perfumes caros, y nadie hacía cuentas de cuanto le había costado la navidad. Después de pararme a pensar, y bajarme de un salto de la euforia alcanzada durante estas fechas, casi me echo a llorar, he tenido que ir tantas veces a comprar regalos y he perdido tantas horas, que ni siquiera he tenido tiempo de ir a felicitar la navidad a mis tíos. El corte inglés y adyacentes han aniquilado la esencia de la navidad.
Por raro que parezca cuando durante el año pienso en la navidad me veo a mi misma en una casa grande, en un pueblo pequeño, rodeada de familiares y amigos, cantando y cocinando, con la chimenea calentando el ambiente, sin regalos ni agobios por el dinero gastado. A lo mejor esta noche los Reyes cumplen mi deseo y me traen un pueblecito blanco, con una casa grande para llenar de gente. Si es así no hagáis planes para el próximo año, estáis invitados a una navidad como las de antes.

1 comentario:

Wanza Kilulu dijo...

Ya sabes que a mí la Navidad no me pone mucho, pero es que cada año es peor, entre que empiezan antes a agobiar y que los cortes ingleses y compañía se pasan 15 días dando órdenes: primero la cena de nochebuena y los regalos del papa noel (como ya le hemos enseñado a Anabel, un invento de la coca-cola), después la cena de nochevieja, la ropa, las putas bragas rojas, el cotillón agggghhhh y finalmente toda una semana de machaconería con los reyes ¡¡¡si es que al final se te quitan las ganas de todo porque parece que recibas órdenes del más allá!!!
Los años que hemos ido a Navarra han sido diferentes (casita, montaña, nieve, chimenea, libros...)
Y cuidado que ahora vienen las rebajas ¡¡¡socorro!!!