miércoles, 22 de octubre de 2008

¿Los del Opus no se hacen pajas?

No he visto Camino, la nueva película de Javier Fesser, pero me muero de ganas. Me apetece tanto que el otro día me puse a navegar buscando información al respecto (en realidad me imaginaba que esa noche iría a verla). Como era de esperar lo primero que encontré fueron críticas fervientes, pero no de cinéfilos rebuscados, sino de miembros, o simpatizantes del OPUS DEI.
En general, lo de siempre, que la Obra no es nada malo y que todo el mundo critica sin saber. Solo que ahora, adaptados a los nuevos medios como nadie, hay vídeos y más vídeos, de niños pijos, simples y aburridos, con cara de sentirse culpables por pajearse aunque hayan pasado los 25 años, diciendo que el Opus no manipula, que las personas que "se apuntan" lo hacen libremente, y patatin patatan.
Como últimamente mi madurez me ha aportado una capacidad empática casi enfermiza, decidí por unos breves segundos, ponerme en su lugar (a pesar de que solo fueron breves segundos, el calentón de que todo se tornara prohibido todavía no me lo he quitao de encima). Entonces pensé, es cierto, muchas de las personas razonables e inteligentes que conozco e incluso yo misma, sentimos cierta animadversión hacia la religión católica en general y el Opus Dei, en particular. ¿POR QUÉ?

La respuesta es fácil. En la actualidad yo no soy creyente, pero si me eduqué en un entorno social, más o menos católico. Lo habitual en las familias de clase media de los ochenta y principios de los noventa. No es que mis padres fueran a misa, pero si me bautizaron, tomé la comunión y, lo más importante, me educaron en la creencia de que el sexo es algo "raro", que uno conoce cuando tiene que conocer, pero que, es algo tan trascendental que debe iniciarse, a poder ser, con la persona con la que se practicará el resto de la vida, a una edad madura, y sin entrar en extravagancias dignas del cine con rombos. Dicho esto se dice todo, ese adoctrinamiento, que en el momento casi paso inadvertido, ha marcado mi vida, y la de muchas personas de mi generación. No me extraña que el clerasil causara furor cuando yo era adolescente!, si es que tanto aguante, tanto imaginar sin saber, y sobre todo, tanto esperar, no podía ser sano ni de coña.
El caso es que ahí esta la clave de todo. En realidad del cumplimiento de normas que el catolicismo exige, la mayoría son más o menos fáciles de obedecer, porque se basan en leyes naturales: no matarás, no robarás.... en fin nada nuevo. Preceptos inventados muchos antes de que los curas echaran panza, no se debe hacer aquello que perjudique a otras personas, en general. Pero el control de las relaciones sexuales marcó un hito. A pesar de que visto de manera objetiva es un poco absurdo, pensar que en algún momento de la invención de la religión católica alguien incluyera el "no follarás" y esperara que el resto se lo tragara. Así debió ser, bueno así con todos los medios económicos y propagandísticos imaginables, durante siglos. Controla la sexualidad del individuo y controlarás sus pensamientos. Esa es la base del catolicismo. ¡Es tan lamentable!.
Me gustaría poder mantener una conversación abierta con alguien que pintara algo en el Opus, y preguntarle ¿Oiga porqué es malo que usted salga una noche, vea a alguien que le gusta, decidan libremente pegar un buen polvo, despedirse por la mañana y seguir con su vida? ¿Quién saldría perjudicado de ese intercambio de fluidos? ¿Por qué ofendería usted a dios?, pero me temo que tienen el truco perfecto, no tienen que decir nada razonable, ni lógico, es una historia inventada, sin límites, todo puede existir si les conviene. Acabaría diciendo que el follar no es un instinto humano sino una revelación demoniaca, y que de que vale disfrutar con el cuerpo de otra persona, cuando puedes estar flagelándote ante un crucifijo...........

3 comentarios:

Wanza Kilulu dijo...

Es una buena noticia que vuelvas a compartir tus reflexiones con el mundo, que te las estabas guardando todas para el café...
Besos

Anónimo dijo...

Uff... Qué palo a los que somos del opus... Voy a decirle a mis 8 hijos y a mi esposa mantecosa que no se le ocurra entrar en estos blogs de rojas... Qué inmoral! Fomentando las pajas y el sexo inseguro!
En fin, dejo de escribir que he quedado con la chica de servicio para que me haga una mamada antes de que lleguen los peques del cole. Sampietro

Anónimo dijo...

A mí la abstinencia me acerca más a Dios.
Diosssssss!!!!!! qué caliente estoy y como me rozo con las cuentas del rosario -os lo recomiendo, mucho mejor que las bolas chinas- cuando acabo, solo puedo gritar ¡¡¡aleluyaaa!!!